Clasificación: Asesinato
Características: Skins de ideología nazi - El primer crimen de una transexual por el mero hecho del serlo del que se tiene información y constancia en España
Número de víctimas: 1
Fecha del crimen: 6 de octubre de 1991
Fecha de detención: 11 de marzo de 1992
Perfil de la víctima: José Rescalvo Zafra, de 45 años, conocido como Sonia
Método del crimen: Patadas propinadas con botas con punteras de aluminio
Lugar: Barcelona, España.
Estado: Isaac y Héctor López Frutos, Pere Alsina, David Perlade, Andrés Pascual y Oliver Sánchez fueron condenados el 13 de julio de 1994 a penas que oscilaban entre los 23 y los 50 años de cárcel.
El asesinato de Sonia – Morir por ser transexual
Rebeca Carranco / Jesús García – Elpais.com
9 de octubre de 2011
El asesinato de Sonia, asesinada a golpes por un grupo de neonazis, marcó un hito en la defensa del colectivo. 20 años después, su memoria sigue viva.
«Llame al despacho». El mensaje apareció una tarde de febrero de 1992 en el busca del entonces subinspector de los Mossos d’Esquadra Joan Carles Molinero, que veía con sus dos hijas un desfile de carnaval en Barcelona. El hoy comisario investigaba el asesinato de una transexual en Barcelona, que murió de una lluvia de patadas en la cabeza y de un trastazo en el pecho con un palo de escoba mientras dormía en el parque de la Ciutadella. Molinero buscó una cabina telefónica. «Acabamos de escuchar una llamada que puede ser muy importante», le dijeron sus hombres.
-¿Quieres venir a casa esta noche?
-No, no…
-Siempre me dices que no. ¿Tienes miedo de venir a mi casa?
-De tu casa no, de ti.
-¡Hostia, ni que fuera un travesti!
-No hombre, no te pongas así.
-Por cierto, ¿sabes quién hizo aquello del travesti de la Ciutadella?
-No
-¡Pues yo sí!
Héctor López Frutos intentaba ligar con una jovencita alardeando por teléfono de conocer los autores de aquel atroz asesinato. El chaval ya estaba en el punto de mira cuando los Mossos grabaron esta conversación. El jueves se cumplieron 20 años del día en que seis jóvenes neonazis se colaron de madrugada en el parque de la Ciutadella y, con sus botas de punta de hierro, patearon a José Rescalvo Zafra, de 45 años, conocido como Sonia, hasta matarle. Héctor fue uno de ellos.
Su asesinato, el 6 de octubre de 1991, es el primer crimen de una transexual por el mero hecho del serlo del que se tiene información y constancia en España. Fue también el primer asesinato que investigaron los Mossos y supuso un punto de inflexión en el modo de tratar las agresiones relacionadas con el odio y la discriminación, que en Cataluña ha culminado con una fiscalía especializada en tratar este tipo de violencia.
La llamada de Héctor, hecha desde su casa, cuando no estaban sus padres, fue la clave para estrechar el círculo. La policía tardó cuatro meses y una semana en detener a siete jóvenes. Seis de ellos fueron condenados. El grupo de rapados y amantes de las esvásticas inició ese 6 de octubre de hace dos décadas una ruta con el propósito de «tocar el tambor»: liarse a patadas con la cabeza de alguien, según dijeron a la policía.
Empezaron a las 17.30 a tomar cervezas en el bar Barrigón, en el barrio del Born. De ahí, al Pop-Bar. Y de este al pub SQ. Unos dijeron que ya iban borrachos cuando se colaron en el parque por un agujero de la verja. Otros, lo negaron. Caminaron hasta la glorieta de los Músicos, una zona frecuentada por homosexuales y transexuales, y fue allí cuando el grupo «propuso tocar el tambor». Eran cerca de las tres de la madrugada. Los «bultos» que atizaron tenían «aspecto travesti», declaró uno de ellos a los Mossos.
«Ninguno negó los hechos», cuenta Molinero, que recuerda con absoluta claridad «el nivel de desafío, beligerancia, prepotencia y chulería» de aquellos asesinos confesos. Uno de ellos explicó que «sintió un fuerte dolor en el dedo gordo del pie» cuando llevaba unos «15 o 30 segundos golpeando indistintamente a las dos personas que había allí». A pesar de la punta de hierro de las botas, el agresor se rompió una uña. Dori, también transexual que dormía junto a Sonia en la glorieta, sobrevivió a la paliza. Luego, los seis skins fueron a por Miguel, un indigente que estaba cerca. A causa de los golpes, el hombre perdió el único ojo del que conservaba la visión y se quedó ciego. Tras la cacería, los neonazis visitaron un cuarto bar, el Vis a Vis.
En la prensa, se hablaba del asesinato de un transexual negro. «Fue tal la paliza que le dieron que era todo moratones», explica el magistrado José Joaquín Pérez Beneyto que instruyó el caso y encargó a los Mossos que lo investigasen. El Cuerpo Nacional de Policía estaba «volcado en el antiterrorismo de ETA; esa era su obsesión y no hacía tanto del atentado de Hipercor [1987]», recuerda.
El 11 de marzo, el equipo de Molinero -siete agentes- detuvo a los asesinos de Sonia. En el registro de las casas de Pere Alsina Llinares, David Parladé Valdés, Héctor e Isaac López Frutos, Andrés Pascual Prieto y Oliver Sánchez Riera hallaron fanzines neonazis, puños americanos, bates de béisbol y carnés de los Boixos Nois. El juez les condenó en total a 333 años de cárcel. Menos dos, el resto está en libertad.
«Fue la primera vez que un tema de homofobia y transfobia se trataba en serio», cuenta Eugeni Rodríguez, del Frente de Liberación Gay de Cataluña. Para la abogada que llevó la acusación popular, María José Varela, supuso «un momento emocionante» porque «los gays y transexuales luchaban por salir de la invisibilidad».
Desde entonces, Rodríguez mantiene viva la memoria de Sonia. Explica que huyó de su Cuenca natal a los 16 años para instalarse en el anonimato de Barcelona. Llegó a actuar en el teatro Arnau del Paralel, pero la suerte le dio la espalda. Dedicada a la prostitución y sin apenas contacto con su familia, vivió en los últimos tiempos en la indigencia.
Su terrible muerte al menos ayudó a concienciar sobre los crímenes relacionados con el odio. En Cataluña, los Mossos contabilizan específicamente este tipo de denuncias (179 hechos delictivos en 2010, la mayoría por homofobia). Aunque queda mucho por hacer. «No hay estadísticas de delitos de odio en España. Y solo hay un fiscal especializado en Barcelona», lamenta el magistrado Pérez.
310 años de cárcel para siete «skins» por asesinar a un travestido en Barcelona
Blanca Cia – Elpais.com
14 de julio de 1994
Los jueces no aprecian banda organizada.
Los siete skinheads que en octubre de 1991 mataron a golpes de puntera y palos a José Rescalvo Zafra, un travestido que dormía en el parque de la Ciutadella de Barcelona, e hirieron gravemente a su compañero y a un vagabundo, han sido condenados a 310 años de prisión. El tribunal reconoce que los siete acusados eran skins de ideología nazi, pero descarta que se tratara de una banda organizada.
Lo que no dudan los jueces es que la intención era matar. Que los siete acusados -cuatro de los cuales tenían entonces 16 años- actuaron con ánimo de matar y no de lesionar es evidente, entiende el tribunal.
Los siete se encontraron en la noche del 5 de octubre de 1991 en un bar y decidieron ir al parque de la Ciutadella. Allí hicieron bastante ruido y dos personas que dormían en el quiosco de la música les dijeron que no molestaran. Los que les recriminaban se convirtieron en sus víctimas cuando los jóvenes advirtieron que eran homosexuales.
Decidieron «subir a tocar el tambor» -en su argot, golpear brutalmente la cabeza de alguien-. Ni el fallecido, Rescalvo Zafra, de sobrenombre Sonia, ni Ernesto Romero, Doris, con heridas de gravedad, pudieron defenderse de la lluvia de patadas propinadas con botas con punteras de aluminio. «Si al segundo no le ocasionaron un resultado tan grave [como el de la muerte de Sonia] fue por mera casualidad», relata la sentencia.
El tribunal añade que hay otra prueba de la intención de matar y no de lesionar: «Un claro exponente lo constituye que cuando dieron por terminada su actuación, pensando que ya habían matado a sus víctimas, y bajaban de la tarima, al oír que uno de ellos aún respiraba, decidieron subir a rematarle».
Después de dejar a los dos homosexuales tendidos en el templete y cuando al abandonar el recinto del parque observaron que había tres vagabundos durmiendo en el invernadero, decidieron proseguir con los ataques, cogieron varias varas metálicas y los atacaron. Dos consiguieron huir, pero el tercero, Miguel Pérez Barreiros, perdió un ojo y parte de una oreja. Este hombre se ha quedado ciego ya que en el otro ojo ya carecía de visión.
Al día siguiente, los skins se reunieron para contarlo a un amigo, Óscar Lozano, a quien le ha correspondido sólo una multa de 100.000 pesetas por no denunciarlo. Las otras penas oscilan entre los 50 y los 23 años para Isaac y Héctor López Frutos, Pere Alsina, David Perlade, Andrés Pascual y Oliver Sánchez.
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